Después de alquilar durante 4 años y volver un tiempo a lo de sus padres, María Luz compró su primer departamento. Visitó 37 antes de dar con el indicado, que resultó ser el primero que vio: un monoambiente de 60m2, en un piso 12. «Me costaba imaginarlo dividido», cuenta.
Como la primera vivienda no suele ser la definitiva, buscó un departamento que también fuera fácil de vender. Aunque, gracias a algunas geniales decisiones como el mueble divisor y la puerta tipo granero, seguro se sienta en casa aquí por mucho tiempo.
Sentir que este tipo de modificaciones ya no son a corto plazo es una de las ventajas que más la deleita de haber dejado de alquilar. «Disfruto decorarlo como siempre soñé. Soy diseñadora gráfica y es muy importante para mí tener un ambiente que genere comodidad, sea atractivo y refleje mi personalidad».
El juego de comedor y las sillas tapizadas (AC Decoraciones) son de la época en que alquilaba. Allí, un cuadro que pintó ella misma con espátula y que respeta la paleta de color reinante. «Siempre les di un toque personal a mis casas, lo que en el noventa por ciento de los casos se tradujo en algo hecho por mí».